Sky y sus tres minutos permanentes.


Azul pastel, se ha ido hasta la parte más baja del cielo para tocar la apatía de la tierra, apenas con la punta de los dedos. Purpura, casi sosegadora, si no fuera por su abismal uniformidad (como el fondo de una alberca) desprende de su taciturno roce con azul pastel, un titiriteo de esporas similar a la disolución en agua de una pastilla efervescente, de donde nace Rosa, sin cursilería, quien sin más crece hasta convertirse en un bello y tierno Anaranjado Holandés listo para ponerse de fondo en cualquier ciudad con rascacielos y a la altura que estos pueden llegar, sobre el divertido collage, las nubes vacían sus panzas dejándose una silueta brillante, en las que aparece blanco, quien las conduce a difuminarse entre las líneas de humo acolchonado, hechas por unos jets que poco a poco van desapareciendo.